Info Malthus Darwin

abril 10th, 2008 a las 3:54 pm

SLOW MARKETING

SLOW.jpgEn el barrio antiguo de Barcelona, foco de tendencias de la ciudad, existe un restaurante con menú diario por unos 20€. Con esta definición podría equiparase con cualquier local que sirvieran comida en cualquier zona, pero en él reside una gran diferencia que puede marcar un cambio de actitud en el sector o en un segmento del mismo. En el precio del menú, están incluidos 10 minutos de masaje realizado por un profesional y el acceso a una sala para descansar o hacer la siesta durante 20 minutos. La clave en este negocio no solo reside en el aspecto innovador, o en la calidad del servicio o la comida, sino el concepto de relax, o denominando también por algunos profesionales como el Slow Marketing.

La definición de este concepto es atribuida a la finales de los años 80 por un lobby italiano que luchaba en contra de los establecimientos denominados fast food. Activistas ante un imperio hicieron de sus quejas el modo de vida de un elevado grupo de personas que necesitaban un freno o desaceleración en sus ajetreadas y estresadas vidas laborales y sociales. Gracias a este movimiento, algunas empresas observaron el cambio de actitud creando así el concepto del Slow Marketing, nueva categoría que cambiaba las reglas tradicionales en los puntos de venta. Éstos defendían aspectos como la tranquilidad en el punto de venta, los servicios añadidos que podían ofrecer, y el trato sin presión hacia el cliente.

Los establecimientos se pueden convertir en lugares en los que no sólo se efectúa una compra-venta, sino que invitan a la interacción con sus elementos. Un cliente puede disfrutar de distintas actividades de ocio mientras decide una transacción comercial, siendo los servicios añadidos puntos de aumento de valor en sus decisiones de compra. Estos aspectos pueden crear a medio/largo plazo la fidelización que tantas compañías buscan en sus consumidores. Bajo esta tendencia, no interesa un flujo de clientes rápido y constante, sino aumentar la satisfacción y promover la promoción boca a boca.

Un claro ejemplo se encuentran en las grandes librerías, en las que anteriormente la acción de coger un libro y empezarlo a leer se consideraba una falta de respeto, en la actualidad existen grandes estancias con iluminación y sillones para poder empezar a disfrutar del producto. Incluso grandes corporaciones han evolucionado ofreciendo ocio mientras los clientes deciden sus compras, haciendo de los valores añadidos un determinante fundamental para la decisión de compra. En estos casos, las pequeñas diferencias en el precio, las marcas o las distancias entre establecimientos parecen que son menos representativas si la acción de compra esta respaldada con otros servicios.

 

Fuente: Club de Marketing de Barcelona; www.99porciento.com