Según distintos estudios, un 65% de directivos dedican entre 41 y 60 horas semanales dedicadas al trabajo. Estos datos demuestran las desavenencias más representativas en las aspiraciones entre empleados y directivos. Por una parte, los empleados restan importancia cada vez más a aspectos retributitos a favor de mayor flexibilidad horaria y por consiguiente una mejor conciliación laboral.
Por otra parte, los equipos directivos dedican más horas para forjar una exitosa carrera profesional.Es común que términos como la profesionalidad o el sentido de la responsabilidad se confundan. Estos aspectos representan la actitud de muchos trabajadores, tanto directivos como empleados, sobre la disponibilidad de dedicar el tiempo necesario para realizar sus tareas, incluso superando la jornada laboral establecida.
Otro elemento que influencia es la competitividad laboral. Este aspecto interno puede llegar a condicionar el propio puesto de trabajo. El propio empleo es considerado de distintas formas según su percepción, por lo que un directivo puede referirse a él como carrera profesional a largo plazo. Estas diferencias se demuestran sobretodo entre distintas generaciones . Las generaciones X e Y (nacidos entre 1970 y 1980, y los nacidos a partir de 1980 respectivamente) muestran más libertad a la hora de referirse a su empleo. En cambio, la generación del Baby Boom o de veteranos, es completamente al contrario, prefiriendo referirse a su empleo como una carrera profesional de largo recorrido y alcance.
Estas cuatro generaciones coinciden en la actualidad en las empresas españolas, una circunstancia que complica aún más el modelo laboral por sus distintos puntos de vista. El actual mercado laboral está sufriendo una fuerte convulsión, como muestran multitud de indicadores: absentismo, rotación, etc. Consecuencia de la baja natalidad de los años ochenta, la escasez de talento en las organizaciones es una realidad. Esta circunstancia, que según la tasa de natalidad de los años noventa va a empeorar en los próximos años, provoca las grandes diferencias internas y dificulta a los departamentos de RRHH para involucrar a equipos en distintos proyectos profesionales.