La internacionalización de nuestras empresas es imprescindible en cualquier estrategia con la que pretendamos renovar nuestro modelo productivo para garantizar un crecimiento sostenible en los años venideros. Así lo entiende también el Círculo de Empresarios, que recientemente publicaba la cuarta edición de su Anuario sobre la internacionalización de la empresa española. Al igual que en ediciones precedentes, el Círculo ha premiado en este Anuario varias operaciones que empresas españolas realizaron en el exterior durante 2009. En concreto los premios han recaído en las siguientes empresas y operaciones:
La concesión a Abengoa de una planta de cogeneración en Tabasco (México); el incremento de la participación de BBVA en el China Citic Bank hasta un 15%; el acuerdo para el suministro de aerogeneradores de Gamesa en la región china de Mongolia Interior; la adjudicación en Venezuela de una central de ciclo combinado a un consorcio de Iberdrola Ingeniería y Construcción y Elecnor; la concesión al Grupo OHL del mayor intercambiador de autopistas de Miami, y la concesión a un consorcio liderado por Sacyr Vallehermoso de la ampliación del Canal de Panamá.
Son, sin duda, ejemplos destacables de la apuesta que distintas empresas hacen por la salida al exterior. Un ejemplo que ojalá cundiera, algo que resultaría mucho más probable si se crearan condiciones más favorables abordando las reformas estructurales de las que tan necesitados estamos. No voy a enumerar todas ellas, pero sí quiero detenerme brevemente en dos que considero urgentes: la definitiva reestructuración y saneamiento de nuestro sistema financiero y la adopción de medidas que garanticen la estabilidad de nuestras cuentas públicas (con reformas que van desde la introducción de mecanismos que disciplinen el gasto de las CCAA a medidas que hagan viable a nuestro sistema de pensiones). Sin estas dos reformas, va a ser muy complicado acceder a la financiación necesaria para la internacionalización