La paleta de colores entre sus extremos es inmensamente grande, ya que es muy complicado definir las situaciones cuando se cree que son completamente blancas o negras. Esta situación puede trasladarse a la actual situación económica. Una gran parte de la población podría asegurar que todos los negocios sufren un grave descenso en sus ventas, un extremo muy pesimista. Aunque no es del todo cierto ya que existen productos, gamas y marcas que aprovechan este cambio de rumbo de los vientos económicos para redirigir sus fuerzas comerciales y obtener un valioso beneficio.
Uno de los casos más comentado es sin duda el lipstick efect (el efecto pintalabios). Este curioso fenómeno fue descubierto en la compañía de cosméticos Estée Lauder, cuando observaron el incremento de ventas de los pintalabios rojos en las crisis anteriores. Dicho aumento de la demanda corresponde a distintos elementos, que en su conjunto, trazan unos motivos de compra perfectamente claros.
Por una parte, el target es preciso, siendo básicamente las mujeres las que controlan este tipo de compras. El impulso de compra también es concreto, ya que en épocas de reducción de consumo, un pequeño lujo como es el pintalabios, y más concretamente el de color rojo, llena a las consumidoras de una satisfacción elevada. Su uso y consumo puede racionalizarse en distintas dosis, aumentando así el umbral temporal de satisfacción. Otro de los factores que potencian este tipo de compras son los relacionados con el bienestar personal y su proyección en la sociedad. Este último factor, relacionado con el afán de aparentar, también tiene relación en otros artículos de lujo, como asistencias a operas, teatros.
Estos pequeños caprichos, son compensados con grandes sacrificios en otros muchos productos, considerados algunos de primera necesidad. Aunque las inversiones en fabricación, distribución y comunicación se reduzcan considerablemente, las ventas quieren seguir una tendencia propia.
Fuente: Cinco Días, Libertad Digital, El Periódico de Cataluña, New York Times.