El director Financiero presentará los resultados anuales ante toda la compañía. Un auditorio con un millar de trabajadores de la propia empresa, junto con una decena de periodistas se disponen a escuchar las mejores cifras en muchos años, generando importantes beneficios para la organización. Una vez empezada la exposición, la voz dubitativa del orador genera dudas en el público asistente, a su vez, la monótona entonación y la continua lectura de porcentajes disminuye claramente la atención del auditorio.
Siendo el principal artífice de la consecución de dichas cifras, el directivo dilapida parte del crédito de las propias con una exposición pública muy lejana a su profesionalidad y experiencia en las finanzas. Aunque a priori la oratoria y los flujos de caja no tengan muchos elementos en común, debería existir una sinergia interdepartamental para generar beneficios a ambas partes.
Distintas universidades empiezan a implantar técnicas para mejorar la oratoria en sus alumnos. Se inculca una metodología para aprender a hablar en público y sobretodo saber transmitir correctamente el mensaje mediante palabras y gestos. En el mundo empresarial, saber comunicar un mensaje correctamente a una audiencia o vender un proyecto, idea o producto, por ejemplo, se ha convertido en un aspecto trascendental.
A niveles de comunicación interna, en distintas ocasiones el mensaje a transmitir puede tener distintas lecturas o interpretaciones. Una buena explicación oral y gestual reforzará el objetivo del mensaje. Todo ello debería ser entrenado previamente para conseguir abatir al miedo escénico, principal problemática de puestos intermedios y directivos a la hora de hablar en público.
Esta problemática tiene como origen el temor a la equivocación, al ridículo o a la inseguridad en la ejecución del propio discurso. Todas ellas, por norma general, responden también a la poca habituación que los profesionales tienen a hablar en público, además de la poca oferta existente en la preparación formativa de ello.
No solo se trata de limitarse a leer una diapositiva o comentar los datos de un gráfico de ventas, sino que, la correcta formación en este campo debería permitir al profesional trasmitir fielmente sus ideas sobre la diapositiva, dominar los tiempos entre fases de la exposición de gráficos y cifras dejando espacio para preguntas o dudas, generando interés en aquellas partes más desarrolladas, etc.
La captación de expertos profesionales que además dominen la oratoria genera complicaciones para pymes, ya que al ser muy demandados, las grandes corporaciones apuestan fuertemente por este tipo de profesionales. Por otra parte, la solución parece estar en la formación interna para desarrollar a los propios directivos en estas técnicas. La práctica en estos casos será más de un 80% del total de los cursos, para llegar así a poder dominar la situación.