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mayo 5th, 2014 a las 12:10 pm

Siete indicios de que no estas siendo un buen jefe

La ausencia de bromas y el incremento de los conflictos son algunas de las pistas de una mala gestión del equipo

Fuente: Equipos y Talento

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28/04/2014

Encontrar tiempo para la reflexión y para la autoevaluación no siempre es fácil en el mundo de los negocios, sin embargo, es imprescindible. Así lo considera Geoffrey James, que en su último libro, Business without the bullsh*t, aborda con frescura algunos conceptos de gestión empresarial. He aquí siete pistas de que uno debería revisar su manera de llevar un equipo:

1. Quedas fuera de la diversión. Aunque evidentemente al trabajo se va a eso, a trabajar, siempre hay espacio para alguna broma. Y si antes estabas en este círculo pero has dejado de estarlo, es que algo ha cambiado. Puede que los empleados tengan miedo a las represalias, o que algún comentario negativo tuyo en un momento determinado les haya hecho pensar que ya no estás para bromas. Averigua el porqué y trata de revertirlo.

2. Se hace el silencio cuando entras. Si te acercas al despacho y oyes conversaciones, pero cuando abres la puerta curiosamente se acaban todas, tenemos un problema. No significa que estén diciendo algo que no quieren que escuches – aunque puede pasar-, pero plantéate si simplemente tienen miedo de que les escuches hablar.

3. Todos están de acuerdo con tus propuestas. Si todos los miembros del equipo asienten y sonríen cada vez que dices algo, significa que han llegado a la conclusión de que es mejor estar siempre de acuerdo contigo que correr el riesgo de ser derribados en público. Puede que tengas muy buenas ideas, pero la discrepancia es aún mejor.

4. Tus mejores empleados se van. Los profesionales con talento necesitan movimiento, sí, pero también se quedan en aquellos sitios en los que se sienten bien tratados. Si tus mejores trabajadores se van, no te contentes con pensar que necesitan nuevos horizontes y plantéate si les estabas ofreciendo todo lo que merecían.

5. Dictas a los trabajadores como hacer su trabajo. Una cosa es dar indicaciones y la otra es dictar paso por paso como tiene que ejecutarse un trabajo que probablemente esa persona a la que estás mandando tiene más por la mano que tu. Confía en tu equipo y aprende a delegar funciones que ya no te corresponden.

6. Quitas hierro a los conflictos con demasiada frecuencia. Si constantemente estás reprimiendo en público y a continuación pidiendo disculpas, si las enganchadas son el pan de cada día o si siempre hay alguien de mal humor, no puede deberse todo esto al estrés laboral. No le quites importancia a esta situación y trata de abordar los problemas de relaciones.

7. Piensas en contratar a un consultor de gestión. Para el autor, Geoffrey James, cualquier directivo debería ser capaz de gestionar a su equipo sin la ayuda de un consultor externo, y aunque no tiene nada en contra de estos profesionales, advierte de que el simple hecho de planteárselo es una seña de la incapacidad para gobernar al equipo. Así que aconseja replantearse los puntos anteriores o aceptar que uno no estás hecho para mandar…y contratar a un consultor.